psicólogo en zaragoza
Últimamente se escucha a menudo
la palabra “postureo” referida a la vida digital es la tendencia a tratar de transmitir por medios como las redes sociales una imagen de continua felicidad y diversión, actuación que se ve recompensada por la admiración y comentarios de los contactos afines a través de "likes" y "retwitteos" varios.
Seamos sinceros ¿a quien no le
gusta dar una buena imagen? incluso personas que están inmersas en procesos
depresivos tratan de poner su mejor cara cuando viene de visita algún niño
pequeño, o alguien externo a quien ocultan el problema, de alguna manera existe
una valoración social hacia la muestra de emociones positivas y una censura
indirecta hacia la muestra de sentimientos que pueden poner nervioso al
personal...tales como la tristeza o la ira.
Pero a nivel psicológico ¿Qué se
oculta tras esta necesidad de aprobación constante? ¿Porque personas con una vida aparentemente brillante en la
que son admirados, y en ocasiones envidiados por todos/as luego manifiestan que
su mente se balancea peligrosamente hacia los sentimientos de tristeza?
Generalmente lo que existe es una creencia subyacente rígida que oculta una predicción
catastrófica:
“Seria terrible si esta
persona/institución me rechaza o desaprueba”
Esta predicción catastrófica
cuyas consecuencias no son aceptadas al principio, produce un estado de estrés
constante que termina por llevar a las personas al agotamiento, así en ocasiones
promueve conductas obsesivas destinadas a mantener y garantizarse la aprobación externa, rayando muchas veces la patología perfeccionista, o bien a liberarse mediante una descarga de
la responsabilidad experimentada en el ámbito en el que intenta dar esa imagen
perfecta, como comentábamos en el articulo de Drogas, depresión, y dieta, a
este patrón por ejemplo pertenece la conducta de las personas que el fin de semana se dan "permiso" para perder completamente el control recurriendo a la ingesta abusiva de sustancias, para de alguna forma compensar toda la tensión a la que están sometidos generada por la fachada mantenida de lunes a viernes en lo laboral.
Y es que en el momento en que
depositamos nuestra valoración personal en manos de la opinión de los demás de una forma extrema estamos entonces desprendiéndonos de algo inmensamente importante, estamos entrando a
jugar a un juego que aunque potencialmente nos pueda dar mucha satisfacción ,según el empeño que le pongamos, nos llevara inevitablemente a un punto en el
que nuestro yo se vera falseado, y
por algún sitio veremos aparecer la sintomatología mental o incluso física, manifestándonos
la necesidad de expresar nuestras autenticas opiniones, gustos y valores, es
necesario mantener y proteger la riqueza de nuestras propias opiniones, no
porque sean las mejores ni superiores a las de los demás, sino porque son las nuestras y difícilmente avanzaremos hacia ningún lugar sin saber donde nos encontramos, que revisar y trabajar, en este caso concreto muy en especialmente habrá que tratar de ser todo lo coherentes que
nuestra situación actual nos permita.
Comentarios
Publicar un comentario