Se van a cumplir cuarenta años desde el estreno de La guerra de las galaxias, la gran película, para muchos una obra maestra, que marcó a una generación, y que nos mostraba la lucha del bien contra el mal, es decir lo de siempre, pero como nunca, Yoda y su filosofía Jedi nos lo dejó bien claro,había que hacer las cosas, no intentarlas, y sobre todo había que alejarse del orgullo, de la agresividad, y de expresar molestia o ira, porque esos sentimientos nos llevarían al lado oscuro de la Fuerza.
A pesar de sus inmensos poderes poco podía imaginar el maestro Yoda que con sus sentencias iba a predecir la tendencia de pensamiento occidental que imperaria a principios del S.XXI especialmente a partir de la publicación de El Secreto de Rhonda Byrne, esta vez la filosofía del optimismo irracional vendría de la mano de ciertos coach y facilitadores, desarrollando poco a poco una ideología de la represión ya denunciada lucidamente por Barbara Ehrenreich en su libro Sonrie o Muere.
La Psicología ha sido la primera víctima de estas tendencias, ya que sufre y sigue sufriendo a día de hoy el preocupante intrusismo profesional derivado de estas figuras, palideciendo a merced de personajes que, ayudados por la falta de regulación, campan a sus anchas formados con cursillos de fin de semana carentes de homologación, ofreciendo atractivas soluciones mágicas exentas de esfuerzo al incauto que caiga en sus redes, y presentándose como presuntos terapeutas que desgraciadamente muchas veces terminan invadiendo terrenos que corresponden a la salud mental y física, careciendo de las competencias legales, académicas y profesionales para afrontarlos.
Mientras tanto solo en España hay en torno a 18.000 psicólogos en situación de desempleo, con un sistema sanitario que paradójicamente demanda cada vez más atención psicológica y que ve cómo las cifras de admisión a Psicólogo Interno Residente (PIR) se reducen a poco más de un centenar al año.
Resulta entonces vital, más que nunca y aun con este panorama desolador que la Psicología y otras profesiones sanitarias eviten resignarse frente al intrusismo laboral, o caer en la tentación de plegarse a pseudoterapias insustanciales que enarbola hoy mayormente la industria de la autoayuda y las terapias alternativas, el prestigio, la dignidad y la utilidad ultima de la Psicología dependen de ello.
Carlos Sanz Andrea - Doctoralia.es
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