psicólogo en zaragoza
Es algo demasiado común, y se da con mayor probabilidad en especialidades médicas tales como la oncología, que el
profesional asista al recorrido de su paciente por una larga serie
de terapias alternativas, las cuales se presentan como complementarias, e incluso como más óptimas que el tratamiento médico oficial. Es posible que una explicación al atractivo que ejercen estas "terapias" es que sostienen basarse en lo
natural, curar desde dentro, y no dudan en garantizar resultados positivos. A esta promesa inicial suelen unir una o dos historias anecdóticas de curaciones milagrosas o espectaculares, generalmente no
verificables. Pero suficientes para que alguien en un
proceso de tratamiento oncológico, es
decir en una situación potencialmente
vulnerable, se plantee la posibilidad de recurrir a ellas.
La lista de pseudoterapias a las
que se puede acceder es muy elevada y prácticamente
todas prometen mejorar, o incluso sanar al paciente, desde los suplementos
herbales que cuando no son vendidos como promesas de cura milagrosa, como es el
caso de Josep Pámies
aquí en España, son capaces de interferir con la acción de los medicamentos
convencionales, pasando por la administración de agua de mar o sales de Schüssler,
y continuando por pseudoterapias energéticas, como la magnetoterapia,
vitamínicas, como la llamada medicina ortomolecular, detoxificadoras como la
colonterapia, o bien auténticas barbaridades como la famosa terapia Gerson para el cáncer, que se
publicita como “el tratamiento natural
que activa la extraordinaria habilidad del cuerpo para curarse a sí mismo”
y que requiere que el paciente ingiera
diariamente 9 kilos de fruta y vegetales, y se administre entre tres o
cuatro enemas de café, así hasta llegar
a las “modernas” pseudoterapias que promulgan el origen emocional de la enfermedad como la Nueva Medicina Germánica,
la biodescodificación, o la bioneuroemoción.
Todas estas “terapias” mantienen a
pesar de su nulo éxito, sus eternas promesas de curación en un ciclo en el que
siempre tienen todas las de ganar, si el paciente se recupera, por acción de la
medicina, o bien sufre una remisión espontánea, se anotan el tanto. Y si no es
así nadie podrá levantar la voz para quejarse, antes bien habrá sido la “malvada quimioterapia/radioterapia” la
que habrá acelerado o interferido con el tratamiento natural, hasta el punto de
acabar con la vida del paciente. Una explicación que aunque parezca mentira
funciona, y muy bien, en el ámbito de las terapias naturales.
La lista sigue con variadas
consecuencias económicas e incluso mortales, por ejemplo las manipulaciones de
la espalda ejercidas por quiroprácticos (no fisioterapeutas) que trabajan con
la “inteligencia innata” (sic) con
riesgo de disección de la arteria vertebral, las
administraciones de vitaminas por ingentes cantidades de dinero, que llevan a
personas inocentes a dejar el tratamiento médico adecuado, e
incluso las consecuencias que deben afrontar personas viudas, que tras perder a
un ser querido han tenido que vender su casa para pagar las elevadas facturas
del naturista al que recurrió el paciente afectado.
Además resulta descorazonador
comprobar que estos tratamientos en ocasiones se ocultan al profesional de la
medicina, y hay
que señalar que existen casos en los que el médico sencillamente no posee información suficiente sobre
estos tratamientos alternativos, y por tanto no es capaz de darle a su paciente
una respuesta válida acerca de su efectividad. Resulta también un problema grave
indicado en el artículo que adjuntamos, que el médico y el terapeuta alternativo no hablan en absoluto, ni durante
ni después del tratamiento del paciente, de este modo no solo se favorece
que el paciente extraiga conclusiones
equivocadas de cual ha sido el tratamiento adecuado, si es que se recupera,
sino que es imposible saber exactamente
las variaciones que va efectuando el terapeuta alternativo, y el grado
de peligrosidad/interferencia de sus tratamientos. En otras ocasiones en las
que el médico es consciente de que su paciente está recurriendo a una terapia
pseudocientífica, o a una vulgar estafa como desgraciadamente sucede, se suele
temer más que el paciente abandone el tratamiento válido que a que lo mantenga
junto al tratamiento adecuado, una situación de riesgo potencial que se prolonga en el tiempo, ya que todas las
tentativas de los grupos políticos para que el médico pueda colaborar a denunciar el uso de pseudociencias que afecten
a la salud del paciente han sido tumbadas por el Congreso español.
Ilustración del usuario de Twitter @thymocyte |
Como se puede observar en la
ilustración el mecanismo que se utiliza es propio de una doble trampa por un lado se juega con el
efecto placebo, y por el otro se aplica un reforzador
negativo, una tecnica de condicionamiento psicológica que consiste en practicar al sujeto la retirada de algo que le disgusta, en este caso serán los efectos secundarios de la quimioterapia
y la radioterapia, al abandonar estos tratamientos lógicamente las personas
se sienten mejor. Eso sumado al efecto placebo que puede estar generando una
pseudoterapia con todas esas expectativas positivas facilita que la persona pueda
llegar a convencerse, e incluso llegar a divulgar a los cuatro vientos que ha mejorado o se ha sanado por la vía alternativa, de ese modo la
misma situación que causó en su día la Bioneuroemoción con Maribel Candelas se va
repitiendo con tantas otras pseudoterapias y terapias “naturales” que solo se
anotan los beneficios y nunca los fracasos, se aprovechan de la vulnerabilidad
del paciente hasta que este por ignorancia, por vergüenza, por la inefectividad de las leyes, o bien porque su voz ha sido acallada
definitivamente, no llegan a denunciar las manipulaciones de las que han sido
víctimas.
*Inspirado en el contenido del
artículo publicado por el diario The guardian: What do doctors say to 'alternative therapists' when a patient dies?
Nothing. We never talk, pueden acceder al articulo en ingles en este enlace.
Carlos Sanz Andrea.
Carlos Sanz Andrea.
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License. Carlos Sanz Andrea - Doctoralia.es
ResponderEliminarPor desgracia hay muchos estafadores, cínicos y egocéntricos, verdaderos delincuentes que se jactan de abusar de las personas vulnerables porque siguen gozando de total impunidad
Las pseudociencias a veces matan y seguro no curan #StopPseudoCiencias
ResponderEliminarLo más triste es que tu pareja tenga fe ciega en todo esto y no quiera aceptar la evidencia y eso cause tantos problemas familiares que ya no sé qué hacer. Yo estoy de acuerdo con que el ser humano es cuerpo y alma, que la medicina occidental no es perfecta, pero de momento, es la que mejores resultados ofrece. La primera vez que vi un vídeo del tal Corbera, por poner un ejemplo, sin saber quién era ni a qué se dedicaba, ya de entrada, me desagradó y luego me enteré del tinglado que tiene montado. He ido investigando e informándome y cada vez lo veo más claro. Quizá algunas de estas pseudoterapias ayuden en ciertas dolencias, pero leves. Me parece que debería ser considerado como delito que esta gente campe a sus anchas jugando con la desesperación y el sufrimiento de personas enfermas. Lo dejo aquí porque no termino...
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